Hay celebraciones inamovibles en el calendario, como el día del padre (el 19 de marzo), y otras que bailan según el año. Éste es el ejemplo del carnaval, ¿por qué?
Muy sencillo, esta festividad (de origen pagano romano y recogida posteriormente por el calendario cristiano) se celebra 3 o 4 días antes del miércoles de ceniza y da inicio a la Cuaresma (los cuarenta días que preceden a la Pascua ).
Hay algo que no entiendo… ¿Se supone que celebraban una fiesta (“dándolo todo”) porque después vendrían días de supuesto recogimiento y ayuno? ¡Pero que tipo de incoherencia es ésta!
Hoy en día, claro está, se ha separado de cualquier sentido religioso (aunque sigue celebrándose días antes de la Cuaresma cristiana), pero no podemos olvidar el significado de la palabra “carnaval”, que procede de “carnelevare” = “carne” + “levare” (quitar).
Bueno, el caso es que soy fan de esta festividad y de disfrazarme, pero no sólo estos días, ¡en cualquier época del año! Y aunque a todos nos encantaría estar estos días en Venecia, Río de Janeiro, Santa Cruz de Tenerife o Cádiz, estoy segura de que haremos lo propio en nuestras zonas (salvando la distancia), así que… A echarle imaginación con nuestros disfraces y ¡FELIZ CARNAVAL!
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